Toca el tiempo, intenta nombrar esos nombres en tu mente.
Profundo aliento que te deja sin vida, casi como te dejé,
y recuerda, recuerda esos nombres que dices a diario.
Recuerda tu niñez, recuerda nuestros momentos.
Mira a la cara tu presente y pregúntate si es lo correcto;
suspira mirándola, recordando cuánto la amabas.
Luego dime si vale la pena besar lo que añorabas.
Tómame... pero sigue buscando en tus recuerdos.
No te dejes engañar por mí así de fácil;
reclámame en silencio y sin palabras,
reclama tus versos y tus miradas.
Desdichado, te humillas como antes,
como cuando te sentabas detrás de mí, en tu pupitre destrozado.
Un recuerdo de nuestras risas y de nuestros momentos felices
se han tornado en torturas y en grandes cicatrices.
¿Terminaste de recordar? ¿Terminaste de ver tu vida?
Ahora dime... ¿vale la pena?
Pero antes recuerda, sigue recordando que hay más.
Sigue suspirando mi aroma mientras me acerco a ti.
Haré que recuerdes más momentos, momentos felices.
Haré que veas lo que estás punto de hacer, antes que te destruyas.
Mírala a lo lejos y observa su mirada.
Mira cómo se ve, toda confiada.
Ahora recuerda los momentos en que te hice sentir especial,
recuerda esos tiempos que reías sin parar.
Recuerda mi mirada penetrando en tus ojos,
mi voz muy silenciosa insinuando mi añoro.
Recuerdos, recuerdos, recuerdos...
Tienen final y sus lamentos.
Ahora bésame muy fuerte y no me sueltes,
después me iré de aquí, sin un adiós, sin volver a verte.
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