En un país en donde a nadie le importa un carajo lo que pasa... ahí vivo yo. Yo sé que es sólo una película, pero viendo V for Vendetta ayer vino a mi mente una cosa: la victoria no se consigue pacíficamente. Además vi hoy un video en donde entrevistan al periodista chileno, Carlos Webber, y, en otras palabras, dice que mucha gente cree que la independencia se logra de sólo una manera; lamentablemente no es así, y viviendo en #LaIslaDeDios, lamentablemente no se puede ser pacífico si queremos lograr las metas que tenemos.
La independencia que quieren muchos, como dice Webber, no necesariamente es la otros quieren y cuando llegue ese momento (si es que llega...) hay que definir qué tipo de país y gobierno queremos. Está muy claro que esta isla no va a ir hacia adelante con el "estatus", si se puede llamar así, que tenemos. Mucho menos los Estados Unidos permitirán que seamos un estado más. Los republicanos en Estados Unidos son la mayoría, y esa mayoría no quiere que seamos parte de ellos.
Nuestro país necesita un cambio real y no elegir a un dictador más que, sin importar el partido que sea, va a seguir una agenda que ya está establecida hace años, si no décadas. Nuestro país se merece mucho más y hace falta un pueblo que se atreva a enfrentar el gobierno elitista que tenemos. Nos conducimos hacia un rumbo mal dirigido en donde el rico es el que tiene poder porque el dinero lo que representa es poder; y no podemos dejar que una moneda dirija nuestros pasos; debemos impedir que un gobierno que vela sólo por sus intereses olvidando que nosotros somos los que ponemos la comida en su casa dirijan nuestros pasos y nuestras decisiones. Yo sé que no soy el único que está molesto por esta situación. Sé que no son sólo los "pelús socialistas y terroristas" los que están de acuerdo con este pensamiento, sino que hay personas de todos los partidos envueltos en este pensamiento. No podemos permitir que la prensa diga que los que tenemos ese deseo de luchar por nuestra libertad nos diga en la cara "terroristas" y nosotros nos quedemos de brazos cruzados.