Érase una vez un muchachito llamado Juancho el Mata Sapos. Este muchachito vivía en un barrio en el que solía yo vivir. Juancho era bien amable, en excepción de eso de matar sapos. Odiaba los sapos. Decía que eran demonios y sin disfraz porque eran horribles y que tenía que matarlos por ordenanza de papito Dios.
Un dia Juancho se enamoro de una sapa concha. Decía que de todos los sapos del mundo, esa sapa llamada Jessica la Mea Puercos, era el amor de su vida. Pasaba por los campos de su barrio, jugaban en el río, meaban puercos juntos y a personas para provocarles asco y enfermedades venéreas. En fin, vivían tan felices que todosdias enteros con su sapa demostrandose el amor que se tenían mutuamente. Paseaban los admiraban con gran admiración y envidiaban su amor.
Un dia Jessica desapareció y Juancho se volvió loco buscándola por todos los lares que conocía. Entonces se dió cuenta que no había buscado en un sólo lugar: donde vivían los puercos. Decidió ir allá. Agarro un machete acabado de amolar y salió al lugar. Su sorpresa no fue agradable. Encontró a Jessica desnuda, con un Jabalí. Ese jabalí no tenía sobrenombre. Su nombre era El Jabalí. Era el único en su clase. Los encontró a los dos sin ropa teniendo sexo. Lagrimas de amor y odio bajaban por las mejillas de Juancho. Decidió no interrumpir el acto sexual y sólo observar mientras el Jabalí le hacia un DP, le arremetía con todo y bolas y un cuerno/diente de su boca. Jessica gritaba, extasiada del placer. Juancho se remordía porque sabia que no podría darle placer con un cuerno, porque no tenía. Entonces se le ocurrió una idea...
Un dia Juancho se enamoro de una sapa concha. Decía que de todos los sapos del mundo, esa sapa llamada Jessica la Mea Puercos, era el amor de su vida. Pasaba por los campos de su barrio, jugaban en el río, meaban puercos juntos y a personas para provocarles asco y enfermedades venéreas. En fin, vivían tan felices que todosdias enteros con su sapa demostrandose el amor que se tenían mutuamente. Paseaban los admiraban con gran admiración y envidiaban su amor.
Un dia Jessica desapareció y Juancho se volvió loco buscándola por todos los lares que conocía. Entonces se dió cuenta que no había buscado en un sólo lugar: donde vivían los puercos. Decidió ir allá. Agarro un machete acabado de amolar y salió al lugar. Su sorpresa no fue agradable. Encontró a Jessica desnuda, con un Jabalí. Ese jabalí no tenía sobrenombre. Su nombre era El Jabalí. Era el único en su clase. Los encontró a los dos sin ropa teniendo sexo. Lagrimas de amor y odio bajaban por las mejillas de Juancho. Decidió no interrumpir el acto sexual y sólo observar mientras el Jabalí le hacia un DP, le arremetía con todo y bolas y un cuerno/diente de su boca. Jessica gritaba, extasiada del placer. Juancho se remordía porque sabia que no podría darle placer con un cuerno, porque no tenía. Entonces se le ocurrió una idea...