QUIMERA MORIBUNDA

Ver las caras del olvido;
Caras del destino.
Inunda mi ser con vinagre;
Haces el destino de la sangre.
Ojos brillantes; luces que danzan.
Los dioses quieren que bailes.
Las estrellas solo se callan
Al escuchar el zapateo de los caminantes…
Al escuchar las risas de los andantes
Las estrellas silencian… y queda tu ausencia.

Busquen la esencia del todo…
El estigma de la vida.
La esencia perdida de lo que algún día fuimos;
El clamor de un ser vivo que quiere sentirse vivo.
Busquen el bien y la locura que perdimos.
Exclamen todos, al unísono, las mismas palabras.
Que busquen la esperanza del mundo en que vivimos.
¿Qué esperanza?... la perdida entre las hadas.
La que se han llevado en tres suspiros.
Uno; dos; tres… de nuevo se ha perdido.

El murmullo de la ciénaga alardea de poder.
Las cerezas no se dan más.
La nostalgia se ha vuelto sinónimo de melancolía
Y el rostro del placer ha dejado sólo sus huellas.
El amor se aparta del querer
Y la envidia se apodera al azar.
Una quimera posada en una piedra con agonía
Que ya no puede mostrar el fuego que la sustenta.
Y después le dicen: “Todo estará bien. Podrás matar con tus llamas pronto”.
¡Sí, claro! Sólo muere en soledad.