jueves, 7 de junio de 2012

SOLO YO

A veces, cuando me permito viajar y caminar me veo atrapado en mi propio mundo. Puedo salir pero a veces no quiero. El arrepentimiento de miles de cosas corroen mi mente y no me dejan pensar en paz. Tal vez no tengo nada de qué arrepentirme pero mi mente crea las circunstancias con una facilidad increíble. También crea ansiedad y estrés. A veces solo quisiera salir corriendo... y ya.

Entonces me refugio en la fe que nunca he abandonado, solo que a veces olvido que está ahí. El estrés y la ansiedad se van, me tomo un café y me fumo un cigarrillo (aunque ya no fumo) y de repente todo parece que va a cambiar pero no cambia. Todo se queda igual.

Me distraigo mucho. La tecnología, la música, el trabajo, los chismes... pero nada como imaginar zombies que vienen por mí mientras me baño o duermo (aunque ya dormido no salen)... y cuando despierto vuelvo a empezar a intentar no volverme loco y no llegar a ese lugar. La misma rutina. Tal vez necesite cambiarla... viajar, farandulear, visitar familiares, ir a la iglesia, correr, salir...

Definitivamente, es algo mucho mejor sentir y tener todos los sentidos (todos mis nueve sentidos a la misma vez... o, ¿eran diez?); atenderlos uno a uno. Sentirlos uno a uno (aunque suene a pleonasmo... ¡¡¡pffttt!!! ni que sentir sentidos...). De verdad que sí... es mucho mejor sentir todo, disfrutar la ansiedad, el estrés y todo a no sentir nada.

Tal vez mis caminos parezcan estúpidos hasta que caminas en ellos y sientes lo que he sentido... porque todo se trata de mí, de más nadie... solo yo.

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