miércoles, 21 de diciembre de 2011

IMAGINO

Cualquiera pierde la cordura mirando fijamente la pared... Me muerdo las uñas y las cutículas. Fumo como diez veces al día pero sólo me tomo una taza de café en las mañanas.

En ocasiones, cuando voy de camino al trabajo escuchando la radio y mirando a la gente en la calle mi mente comienza a imaginar historias. Una vez imaginé cómo sería la vida de una prostituta: triste, ganando su vida como puede, viviendo en un estudio pequeño con una estufa de las que compras en Kmart que se conectan a la pared, las que tienen dos parrillas... durmiendo en un futón con una nevera casi al lado de su cama y ni un alma acompañando su soledad.

Así como esa vez he tenido muchas otras ocasiones imaginando. Pensando. Observando.

A veces tiraba fotos para distraerme. A veces imaginaba el suicidio (desde los diez años no lo imagino). A veces imaginaba cómo sería si fuese rico, o pobre al extremo. He imaginado cómo sería ser de otra nacionalidad, ser rechazado, ser marginado como los adictos. He imaginado tantas cosas como se puedan imaginar. He visto tantas situaciones buenas, tantas malas y tantas cosas normales que a veces olvido lo que es vivir en este momento.

He matado lagartijos por diversión, he mirado una pared llena de hormigas por más de diez minutos, he bebido hasta casi perder la conciencia (nunca puedo perderla completamente... por más que beba), he fumado hasta llegar al punto de no poder identificar la realidad y he hecho muchas otras cosas que no necesariamente me enorgullecen. Por más cosas que he hecho aún siento que tengo demasiado por vivir. Aún siento que esta realidad no es parte de mí muchas veces y que por más que lo intente no voy a encajar completamente.

Tal vez no hago sentido. Tal vez mi vida ha sido poca cosa pero el imaginar y el ponerse en el lugar de alguien muchas veces me ha ayudado a entender algunas cosas. Muchas veces ha ayudado a otras personas a entender diferentes situaciones y no sólo mirar como que esa vida no es tuya, sino pensar "cómo sería si..."

Hay infinitos pensamientos, infinitas opciones, infinitas posibilidades que llevan a diferentes emociones. Claro, nadie piensa igual. "A mí nunca me pasará", dicen. Pero el que no sea humano que levante la mano; bueno, mejor digo que el que sea humano que levante la mano.

No todos pierden la cordura mirando a una pared... lo sé. Pero yo pierdo la cordura mirando la vida.

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